Archive for the ‘equipo’ Category

Tipos de trabajadores: entre el saber y el querer

viernes 23 noviembre 2007

Hace unos días, hablando con Nuria Hernández, del diario Qué!, me comentaba que estaba preparando un reportaje sobre tipologías de compañeros de trabajo, y le estaba costando encontrar información. La verdad es que no hay casi datos sobre ello en Internet, pero encontré una anotación bastante interesante en el blog de David Monreal , que os recomiendo.

En nuestro entorno podemos encontrarnos diversos tipos de personas. El trabajo es un micro cosmos en el que tenemos que convivir unos con otros, pero cada uno enfoca su carrera profesional de diversas maneras.

Hay cuatro grandes tipos de trabajadores definidos por dos parámetros saber y querer:

  • Los que saben y quieren: estos son los que tienen la capacidad, el conocimiento y el interés por mejorar. Quieren progresar, crecer y aprender más.
  • Los que saben y no quieren: terriblemente desmotivados se dedican a tomarse sus tareas de forma reactiva, a la espera de recibir instrucciones. Hacen lo mínimo, pero sus habilidades técnicas les permiten sobrevivir en el entorno.
  • Los que no saben pero quieren: en este grupo se encuentra el mayor potencial de una Compañía, se muestran muy activos e intentan aprender cuanto pueden para mejorar.
  • Los que no saben ni quieren: los trabajadores dentro de esta categoría son pasivos y desequilibran a los equipos de trabajo. Normalmente no se esfuerzan en aprender ni en mejorar sus metodologías.


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Las 10 reglas de oro del éxito social

jueves 4 octubre 2007

Conseguir un determinado puesto de trabajo o promocionar en el actual, no depende únicamente de méritos profesionales. También depende de las capacidades sociales de cada uno. El catedrático de Psicología Social Gerardo Pastor es contundente: “Una mala impresión delante de un currículum perfecto, te elimina directamente de entre los candidatos”. En una entrevista de trabajo, la clave está en “combinar una fuerte asertividad (seguridad en los propios conocimientos) con la humildad de reconocer la ignorancia en otros asuntos secundarios”.

Según un estudio de Universidad de Columbia, el cómo se trabaje o qué conocimientos se tengan, no garantizan el éxito por sí solos. “Tan importante o más es ser agradable y contar con la simpatía de los jefes y compañeros”, señala. Según los expertos, a estas personas se les recomienda con mayor facilidad para promociones o aumentos de sueldo.

Pero quienes caen mal a los demás no tienen de qué preocuparse: es posible aprender a ser carismático. El psicoterapeuta Luis Muiño asegura que “el problema es de hábitos de comunicación. Para caer bien, hay que establecer puentes comunes: la gente que cae mal no lo hace. Hay a quien no le importa, pero otras personas tratan de hacer el esfuerzo y no lo consiguen porque aplican estrategias muy rígidas. Por ejemplo, para caer bien es necesario contar siempre un chiste. Pues no. Depende de la persona que tienes delante. Hay que explorar al interlocutor”.

Las 10 reglas de oro del éxito social

1) Cuidar los gestos: sonreír, no tensar los rasgos de la cara (los labios tensos, los dientes apretados y la mandíbula rígida producen rechazo).

2) Dejar hablar a los demás y escucharles con interés, tratando de entender cómo se sienten y de qué manera se les puede ayudar. Si no se está de acuerdo en algo, expresarlo con corrección.

3) No dar consejos ni decir a nadie lo que tiene que hacer. Eso coloca a la otra persona en una situación de inferioridad que no gusta.

4) En las discusiones, evitar los ‘mensajes tú’, en los que se descarga en el interlocutor la responsabilidad o culpa de todo el conflicto. Hay que utilizar la autocrítica.

5) Mostrarse tal como se es. No jugar a hacerse el simpático. La empatía es la capacidad de emocionarse con otros, y no es una estrategia ni una técnica comercial.

6) Bromear: el buen humor actúa siempre como un imán en las relaciones personales. Pero es importante no abusar de él.

7) Cuidar los detalles: acordarse de cosas simples como felicitar a familiares y amigos por su cumpleaños, llamarles por teléfono de vez en cuando o hacer algún regalo.

8) Ser tolerante: un modo de hacerse querer es aceptar a cada persona como es, sin prejuicios. Es una cuestión de respeto.

9) Dedicar atención y tiempo al aseo y al cuidado personal. La imagen corporal refuerza la seguridad personal y fomenta la aceptación social.

10) La gente es buena mientras no se demuestre lo contrario. Una actitud abierta es fundamental en las relaciones personales.

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Vía: Expansión / Imagen: Stock.xchng

Los 6 pasos de la delegación eficaz

sábado 15 septiembre 2007

En Los 10 pecados capitales del jefe avanzaba que «para mandar, hay que saber delegar. La esencia del mando radica en la delegación de funciones y tareas a un tercero, al que se le debe proporcionar las herramientas adecuadas y al que se controla y evalúa».

Y el VII Informe Radstad. El talento ante el jefe y sus encargos, va más allá y nos recuerda que el saber delegar es una de las facetas que más aprecian los colaboradores de sus responsables.

Dándole vueltas a ese tema, he recuperado un libro que leí hace años, titulado If you want it done right, you don´t have to do it yourself: the power of effective delegation (Si quieres que algo esté bien hecho, no necesitas hacerlo tú mismo: el poder la delegación efectiva), de la psicóloga Donna M. Genett. En él, se detallaban los 6 pasos de la delegación eficaz, que según su autora, son:

1. Definir los resultados esperados: prepararse con antelación para tener claro qué se quiere.

2. Definir claramente y explicar cada tarea. Ser muy específico. Pedir a la persona a la que se le delega que repita la información para garantizar que la ha entendido perfectamente.

3. Determinar los plazos temporales en los que se debe completar la tarea.

4. Definir los niveles de autoridad que la persona puede emplear en su tarea: Hacer recomendaciones, Informar y poner en marcha, y Actuar.

5. Establecer controles periódicos para reunirse con la persona que ha recibido el trabajo y analizar los progresos y ofrecer pautas si fuera necesario. Programe estas reuniones con cierta frecuencia al principio, para hacerlas más esporádicas a medida que la tarea esté bajo control.

6. Convocar una sesión de revisión para comentar lo que ha funcionado bien, lo que se podría mejorar y lo que se ha aprendido.

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Los 10 pecados capitales del jefe

miércoles 12 septiembre 2007

«Toda organización precisa de una compleja cadena jerárquica para funcionar y la calidad de los jefes determinará su eficacia y viabilidad». Así empieza Manuel Pimentel un excelente artículo en Cinco Días en el que resume el libro Los 10 pecados capitales del jefe, del autor Leo Farachede.

¿Cuáles son los 10 pecados capitales de los que todo jefe debe alejarse?

1. Que el jefe no ejerza como tal. Que no mande, o que, mande demasiado. Por el conocido principio de Peter de que todos ascendemos hasta alcanzar nuestro máximo nivel de incompetencia, muchos de los que fueron eficaces compañeros degeneran al alcanzar puestos de mayor responsabilidad para convertirse en malos jefes. Para mandar, hay que saber delegar. La esencia del mando radica en la delegación de funciones y tareas a un tercero, al que debe proporcionarle las herramientas adecuadas y al que controla y evalúa. Cuando un jefe no manda, la indecisión comienza a rodar hacia abajo para convertirse en una gran bola de nieve con mezcla de incertidumbre, tedio y desmotivación.

2. Que el jefe mande, pero no lidere. Tomar decisiones, pero ser incapaz de convertirlas en algo que los demás compartan. Existen jefes que parecen empeñados en distanciarse de sus subordinados, lo que hace imposible su liderazgo. Una de las características del líder es su capacidad para crear un equipo. Consigue que el conjunto esté por encima de la suma de las individualidades.

3. El jefe es muy prepotente.

4. Oír pero no escuchar. Escuchar lo que no se quiere oír es incómodo, difícil, pero necesario. El buen jefe que sabe escuchar obtiene valiosa información que le hace cuestionarse decisiones y formas de funcionamiento: tendrá más probabilidades de acierto. No escuchar mata. La empresa que no escucha a sus trabajadores, proveedores y clientes, muere.

5. Peder el control. Ya escribió Albert Einstein que dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás: es la única manera.

6. Anteponer los resultados concretos a hacer las cosas bien. Transmitir que uno quiere hacer las cosas bien, tiene mucho más fundamento que definir el objetivo en una cifra nominal e imponérselo a los demás. En la carrera por la calidad no existe línea de meta, nos recuerda Kearns.

7. No despedir a los empleados o directivos perjudiciales.

8. No pensar antes que nada en los clientes. Aunque todas las empresas dicen orientarse al cliente, el jefe es, en muchas ocasiones, el principal entorpecedor de este noble propósito.

9. Tener miedo, o dividir. El miedo paraliza a las personas y organizaciones. Y, lo que es aún más grave, el miedo a los posibles competidores internos obsesiona a los malos jefes, más pendientes de sobrevivir que de la eficacia de su gestión.

10. Ser injusto. Justicia es el deber de dar a cada cual lo suyo, tarea nada fácil en el seno de una empresa.

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Perder el miedo a innovar, para ser competitivo

martes 4 septiembre 2007

Este año, Expomanagement ha traído algunas gratas sorpresas. Una de las principales fueron las jornadas sobre creatividad e innovación.

Allí, Juan Mulet, director general de la Fundación Cotet explicó que no es lo mismo innovar que inventar. «La innovación es todo cambio basado en conocimiento y que genera valor«. Pero también, «innovar es crear riqueza a partir de un invento«.

Carlos López Blanco, vicepresidente de la Fundación Bankinter, indicó que las empresas se gastan el dinero que destinan a la innovación en productos. Y eso, en su opinión, es un error. Virgin no tiene ningún producto y es una marca innovadora. El Lexus de Toyota no ha inventado nada, pero es un coche innovador. Dell no ha inventado los ordenadores, pero tiene un innovador modelo de negocio. «La innovación no está en el producto, sino en la cadena de valor«.

Empresas como Disney, Xerox, Nokia o Cirque du Soleil están ideando constantemente modelos de negocio, de gestión o nuevos nichos de mercado. La creatividad va más allá del simple departamento de investigación y desarrollo o del de marketing. Impregna su cultura empresarial, su forma de hacer las cosas.

Douraid Zagohuani, director de Xerox del norte y sur de Europa, comentó que Xerox no le tiene miedo a crear, a ensayar, a probar. Les gusta. «Para nosotros la innovación tiene que ver con la forma que tenemos de trabajar, no es un hecho aislado». Y una de las herramientas que favorece este proceso de creación es la diversidad«que permite captar constantemente ideas», afirmó Zagohuani.

Michael Eisner, ex presidente de Walt Disney, reconoció que «es necesario inspirar ideas para alcanzar el éxito en cualquier negocio, pero las ideas no surgen por sí mismas. Hay que crear el clima para que surjan y se necesita trabajar sobre ellas», añadió. Según Eisner, uno de los papeles del nuevo líder debe ser apoyar la creatividad.

Es difícil ser creativo de manera aislada e individual. Las mejores ideas suelen fluir de los equipos. Así lo explicó Lyn Heward, productora ejecutiva de Cirque du Soleil. «Las ideas buenas surgen en cualquier parte, pero tiene que estar involucrado todo el grupo de trabajo para ponerlas en marcha.»

Mariana Ferrari, consultora en marketing, defendió que en las organizaciones «hay que premiar a la gente que tenga ideas, aunque éstas luego no funcionen». Lo peor que puede suceder es tenerle miedo a innovar, a los cambios.

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